lunes, 18 de junio de 2012

Cierre de los mercados europeos

Como cabras Miguel Larrañaga 15-06-2012
La hora bruja es siempre un galimatías y esta vez tuvo una influencia decisiva en la sesión bursátil. El Dax hizo su máximo justo en el vencimiento de su futuro; el Ibex, el mínimo cuando vencía el suyo. ¿Coincidencia? Algunos lo llaman manipulación, pero como se ha saldado en positivo, favoreciendo los intereses de los gobiernos, nadie hablará de ello.

Cuando la tensión es máxima y se le añade el vencimiento de opciones y futuros trimestral, más conocido como "la hora bruja", suele ocurrir que los índices se comportan como cabras. Que cada cual tira al monte según su leal saber y entender confiando solo en sus propias fuerzas y que si se le acaban, se baja del monte a toda velocidad.
En el primer caso tenemos al Dax, que fue poquito a poquito subiendo la loma para conseguir llegar a la cima en tiempo y hora, pletórico de fuerzas, y en el segundo caso tenemos a un Ibex que se desfondó espectacularmente a media sesión. Todo para dar la razón en ambos casos a quienes piensan que la manipulación en el vencimiento de futuros estuvo a la orden del día. El Dax llegó a su máximo justo en el momento del vencimiento de su futuro y el Ibex marcó mínimos justo en el momento del vencimiento del suyo. Y es que, para complicarlo todo un poco más, no coinciden las horas del vencimiento en cada uno de ellos.
Estos condicionantes de los vencimientos propiciaron una sesión de ida y vuelta en la que la vuelta del Ibex llegó incluso a las pérdidas y, en cambio, el Dax apenas si retrocedió al final de la sesión. Para colmo de coincidencias, los perfiles de los principales índices se pueden asociar por pares. El Dax y el CAC por un lado y el FTSE y el Ibex por otro, con lo que tenemos dos tipos bien diferenciados de sesiones, dos índices que avanzaron a zancadas en términos diarios y otros dos que lo hicieron a pasitos, aunque el Ibex quiso ser de los primeros.
También hay que tener en cuenta que el selectivo español lleva ya varias jornadas "desafiando a la prima de riesgo", que sigue campando por sus respetos y manteniendo la rentabilidad del bono a diez años en las cercanías de la línea que separa el bien del mal: el 7%. Algún día tenía que mostrar alguna debilidad, de esa que se le presuponía desde que España quedó al borde del bono basura y que aún no había salido a relucir. El día del vencimiento del futuro siempre es un buen día para hacer todo lo que se entiende por raro, porque está asumido que puede pasar cualquier cosa.
Al cierre, el Dax subió un 1,48%, el CAC un 1,82%, el FTSE un 0,22% y el Ibex un 0,34%. Y el domingo, cita en Grecia. Lo dicho, están como cabras (o saben que ganarán los elecciones los suyos, claro)

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