Cierre de los mercados europeos
Miguel Larrañaga 25-06-2012
Miren que soy siempre crítico
con los innombrables, pero mucho me temo que esta vez Moody's es un
tonto útil al que echar la culpa del fracaso de Europa como conjunto.
La de hoy ha sido la primera sesión tras la "eufórica" cumbre a cuatro en la que por toda decisión se logró que se destinaran 130.000 a estimular el crecimiento económico en la Eurozona. Ni un detalle, ni un esbozo. Apenas una cantidad y las palabras grandilocuentes de la lideresa y de los tres adláteres, que no llegan casi ni a eso. Titulares y titulares, sonrisas y abrazos, pero el mercado ha escarbado un poquito y ha encontrado cosas bien distintas.
Primera. Con 130.000 millones no hay ni para empezar. La cantidad no sólo es irrisoria sino que es casi insultante para alguien que sepa sumar dos y dos. Y esta vez son cuatro, por mucho que se empeñen en contarnos que tiende a infinito. Si nos metemos en estímulos hay que ser mucho más serio.
Segunda. En la reunión de Roma, a pesar de la escenificación final, lo que trasluce es que Alemania sigue en sus trece en los puntos fundamentales de su actitud y que su Biblia del recorte, recorte, recorte es la única que va a valer. Y tanto es así que está dispuesto a aceptar "migajas" para que sus tres adláteres puedan sacar pecho en sus respectivos países.
Tercera. Con todos los ojos puestos en la cumbre europea de los próximos días, ahora mismo la previsión es más bien pesimista. Vamos, que servirá más o menos para lo que todas las últimas cumbres, es decir, para nada o para muy poco. esos grandes avances que se presuponían son, a día de hoy, poco menos que una esperanza mínima, aunque quede espacio para la sorpresa.
Cuarta. Lo que faltaba en Grecia es un jefe de Gobierno de baja y un ministro de economía hospitalizado. Y lo que faltaba en Chipre es la petición de rescate bancario.
Quinta. Hablando de rescates bancarios, el español ha sido solicitado oficialmente y el mercado sigue sin saber en qué va a consistir. Cierto es que las cosas tiene sus procedimientos y sus plazos, pero esto empieza a no ser de recibo, porque De Guindos insiste en que es posible que sean los bancos los que reciban directamente el dinero, a lo que Alemania se ha negado reiteradamente y que, con toda seguridad, Finlandia y Holanda se negarán en rotundo.
Y sí, Moody's tiene previsto lanzar esta noche los resultados de su revisión de calificaciones de la banca española y algún analista se teme que los bonos basura comiencen a aparecer en los ratings de alguna entidad destacada. Pero yo tengo para mí por cierto que cualquier analista avezado tiene absolutamente descontadas las rebajas en las calificaciones de los bancos españoles desde el día que el rating español fue rebajado en tres escalones, así que veo más excusa que realidad en esta posibilidad.
Es mucho más fácil decir que el mercado está de nuevo en corrección y que, de momento, nada hace pensar que vaya a ser demasiado grave. Hay muchos nervios y eso se traduce en una volatilidad exagerada, pero que los índices corrijan entra dentro de lo normal. Es más, van a seguir bajando un poco más.
Eso sí, también existe la posibilidad, si Europa sigue mostrándose incapaz de salir del desastre y de doblegar la intransigencia de Ángela Merkel (y no precisamente en el asunto de los Eurobonos), a partir de la semana que viene sí que podríamos asistir al comienzo del fin con la ruptura de los últimos mínimos. La guía, no obstante, la tendremos en Wall Street porque Europa exagera demasiado el gesto.
Al cierre, este ambiente consumó la tragedia y el Dax perdió un 2.09%, el CAC un 2,24%, el FTSE un 1.14% y el Ibex un 3,67%. Pero no es sólo Moody's. No se dejen engañar.
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