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FCC, como a otras muchas empresas y empresarios, no sólo le ha ahogado
la disminución de la actividad en todo lo que conlleva la palabra
“construcción”. Ha sido en su mayor parte la ausencia de financiación y
sobre todo la acumulación de facturas sin cobrar.
Empresas endeudadas hasta las cejas
producto de un espejismo en épocas de boom económico donde la ilusión no
deja ver ver el final del camino. Cuanto más te expandías más
posibilidades de beneficios y para crecer nada mejor que crédito
abundante y rápido.(De eso ya se encargaban los bancos).
La crisis nos ha dejado una lección. Disciplina para apartarte de la avaricia que supone tratar de crecer por encima de tus posibilidades con dinero ajeno.
El enganche es como la cocaina…
no puedes parar y luego ya no hay
remedio. Comienzan a bajar los beneficios pero las deudas están ahí.
La mejor manera de crecer es por tanto
reinvertir una parte de los beneficios y dejando un colchón de liquidez
para lo que pueda pasar. Paso más lento pero seguro. Y ahí está FCC
tratando de reducir a toda costa la deuda. Su previsión es tenerla
reducida a la mitad hacia finales del 2014, contando desde que comenzó
la crisis.
Por tanto, y teniendo en cuenta esto, y
que las cotizaciones crecen acompañadas por los beneficios, a FCC aun le
quedan unos años para volver a valores más aceptables. Recordemos que
llegó a cotizar en los 60 euros allá por principios del 2007.
A corto plazo sigue inmerso en un canal
bajista y el romperlo hacia arriba no va a suponer que se inicie la
ansiada subida. El valor está ahí, aguantando como puede, y va a subir
cuando lo haga el conjunto de la bolsa.
Para muy largo plazo
Para muy largo plazo
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