viernes, 15 de junio de 2012

Acoso a España ante la pasividad del BCE

15 junio 2012 desde esbolsa.com/blog
El mercado puso ayer a España al borde del rescate, una vez más, sin que el Gobierno, desbordado, pudiera frenar la sangría de la deuda nacional en el mercado secundario. La rebaja de nota de solvencia de Moody’s de la víspera (a un paso del bono basura), los rumores de intervención de la economía española y los «consejos» de Bruselas sobre el sector financiero nacional elevaron el coste de los bonos a diez años del país hasta un nuevo máximo histórico (6,998%).

Inacción
Desde que se conoció la intención de la UE de ayudar a la banca española (el sábado pasado), la referencia nacional a una década se ha encarecido un 11,19% y el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que no prevé más planes de estímulo. Ni inyecciones de liquidez, ni compras de bonos (lleva dos meses y medio sin comprar deuda), ni bajadas de tipos. El organismo se ciñe a su mandato de controlar la inflación y Alemania no le permitirá «salidas de tono» sin su consentimiento.
El Ejecutivo es consciente de que el futuro de la financiación de España pasa ya, irremediablemente, por una intervención del BCE en el mercado secundario, pero la institución que preside Mario Draghi se niega a repetir la experiencia vista con Grecia, Portugal e Irlanda.
Los tres países tuvieron que pedir el rescate a la UE pese al apoyo de la institución que hoy preside Mario Draghi (entonces, la dirigía el francés Jean-Claude Trichet). Con este plan, el organismo acumuló cientos de millones de euros en deuda de estos países, bonos que aún mantiene en cartera y que generan serias dudas sobre su posibilidad de ser cobrados algún día.
La compra de deuda no figura en su mandato y ya advirtió de que el programa inaugurado en mayo de 2010 era «provisional». Sin el respaldo del BCE y sin nuevos datos sobre el plan de recapitalización bancaria, el mercado castigó ayer con fuerza a España.
Punto de «no retorno»
La oleada de ventas de bonos a diez años disparó el interés de esta referencia hasta el 6,998%, al límite del punto denominado por los economistas como de «no retorno» (7%), aunque luego se relajó hasta el 6,916% al cierre. La prima de riesgo se elevó hasta los 552,3 puntos básicos en el momento de máxima tensión y despidió la jornada en los 543 puntos básicos (un 3,12% más que en la víspera), nivel nunca visto en nuestro país y favorecido por el bajo cupón que paga Alemania en el secundario.
Las primas de riesgo del resto de países de la zona euro se relajaron, lo que agravó aún más la situación española. Ni siquiera Italia registró un repunte en el coste de su financiación a una década, pese a que tuvo que pagar un 35,55% más de interés por colocar 3.000 millones de euros en bonos a tres años. El diferencial transalpino se redujo hasta los 464,6 puntos básicos, un 1,71% menos que el miércoles.
Portugal, con su bono en el 10,69%, cerró la jornada con una prima de riesgo de 920,1 puntos básicos, mientras que Irlanda despidió la sesión con un diferencial de 672 puntos. Grecia cerró el día en 2.707 puntos básicos.
En el mercado de valores, el Ibex hizo caso omiso a las advertencias de Moody’s y se anotó un avance del 1,22%. El selectivo cerró la sesión en los máximos del día (6696 puntos), aunque arrancó la jornada en pérdidas.
Se mantuvo dubitativo a lo largo de gran parte de la sesión y pegó el salto en el tramo final impulsado por la apertura alcista de Wall Street. La de ayer fue la tercera jornada del selectivo en positivo, una racha que devuelve al índice hasta niveles no registrados desde el pasado mes de mayo.
En el sector financiero sólo faltó Bankia para cerrar el pleno de subidas. La entidad perdió el euro por acción.También ayudó al Ibex el espectacular repunte de la Bolsa de Grecia, que se disparó más de un 10% ante las expectativas de que en las elecciones del próximo domingo salgan triunfadores los partidos «proeuropeos».

Artículo extraído de La Razón

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