miércoles, 18 de julio de 2012

Tocó pasar de Bernanke

Cierre en Wall Street
M. L. 17-07-2012 desde diarioabierto.es
Suena a excusa, pero los mercados decidieron ignorar a Bernanke y su pesimismo y focalizarse en los resultados empresariales.
Mal se pusieron las cosas de inicio. La comparecencia pública de Bernanke era el foco de atención y rápidamente se observó que el presidente de la Fed estaba pesimista y reservón. Tiene fuertes razones para ello, entre otras que por mucha carne que pone en el asador sus esfuerzos no son complementados por los políticos y la recuperación no termina de asentarse. Seguramente por eso se limitó a señalar que "la Fed está preparada" para intervenir si las cosas se ponen realmente feas, pero la mayor parte de los expertos dedujo de sus palabras que no tiene ni pizca de ganas de seguir mojándose.

Inmediatamente salieron a la luz las "sombras" de la economía estadounidense, en particular la incapacidad absoluta de unos y otros por embridar el déficit presupuestario, lo que podría llevar según comienzan a advertir con cada vez mayor profusión los expertos a que los mercados terminen por penalizar también a la deuda estadounidense ante la evidencia de que el déficit es cada vez mayor y las posibilidades de retorno de la deuda cada vez menores, por lo que empezarían a pedir mayores tipos a los bonos americanos y el país se vería sometido a presiones semejantes a las que atraviesan las economías de la Eurozona que no han sido capaces de contener sus déficits. A mí se me antoja una posibilidad ciertamente remota, pero de eso se hablaba en las primeras horas de la sesión tras escuchar el discurso alicaído de Bernanke.
Pero súbitamente todo se dio la vuelta sin razón aparente. De hecho, la "versión oficial" es que los resultados de Coca Cola, mejores de lo esperado, y las pérdidas de Goldman Sachs, menores de las estimadas, han hecho que los inversores trasladaran el foco desde el pesimismo de Bernanke hacia el cierto optimismo que reflejan los resultados empresariales. Cuentan que el hecho de que Goldman vaya mejor de lo esperado es clave para la recuperación de la confianza en el sistema bancario y que la mejora de los resultados de Coca Cola es muy significativa por ser ésta una compañía global, lo que podría representar que el consumo mundial ha dejado de caer.
Pero son palabras, nada más que palabras que tratan de esconder una realidad bien distinta. Hoy tenía que subir, y posiblemente mañana también, porque los poderosos quieren que la presente pauta alcista se complete como mandan los cánones, superando el máximo anterior. Luego vendrá el momento del recorte, posiblemente duro, pero de momento parece que los grandes quieren "normalidad". Y si para ello hay que "pasar" de Bernanke, pues se pasa buscando cualquier excusa que tengamos a mano. Si Bernanke hubiera sido todo alegría, a estas horas pocos sabrían que los resultados de Coca Cola infunden optimismo.
Con estos ingredientes, los índices americanos se cocinaron una sesión de ida y vuelta impresionante, con sesión de remo a todo tren incluida a media tarde para salir de la zona de peligro. Al cierre, cierto sesteo, pero es que los remeros estaban exhaustos y los proeles les aconsejaron descansar un poco por si mañana se hace necesario de nuevo su concurso. Hasta el volumen intentó normalizarse tras una sesión anterior que se caracterizó por la escasez de casi todo.
Al final, el Dow Jones avanzó un 0,62%, el S&P 500 un 0,74% y el Nasdaq Composite un 0,45%. Ya saben ustedes lo que me gusta que el S&P 500 tome las riendas y lleva así ya dos sesiones. ¿Querrá decir algo? Miren el gráfico y vean exactamente dónde nos encontramos. Rebasar esa resistencia demostrando fuerza sería un magnífico síntoma. Retroceder de forma brusca, un pésimo augurio.

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