Este
verano, con tres olas de calor seguidas en poco tiempo, está siendo un
sinvivir en Lanzarote; nada que ver con el verano pasado en el que solo
hubo un repunte importante de calor y que no fue de mucha importancia.
Y nada que ver con lo que está ocurriendo en los mercados al menos hasta el dia de hoy. Si el año pasado el llamado índice del miedo (VIX) llegó a niveles del 48%, hoy está en niveles del 17% aproximadamente; De un verano muy "caliente" como fue el del año anterior, hemos pasado a un verano que está siendo tranquilo con un S&P 500 negociándose en el rango de los 1275-1420 sin aparentes signos de estrés:
Lo más llamativo es que, a pesar de que el S&P 500 corrigió con fuerza el verano pasado (-20%) y que este año solo ha corregido moderamente, el nivel de escepticismo de este año es mayor, tal y como muestra el porcentaje de alcistas (28%) en la encuesta de American Investors (AAII), nivel propio de correcciones más profundas:
Es muy llamativo porque no suele ser habitual encontrar tanto escepticismo cuando el S&P 500 se encuentra a solo 50 puntos de máximos de varios años:
Decía John Templeton, que los mercados alcistas nacían en el pesimismo, crecían en el escepticismo, maduraban en el optimismo y morían en la euforia. Para mi la situación actual es claramente de escepticismo como muestra la encuesta de AAII; y los precios confirman que el dicho de Templeton es verdadero porque la tendencia alcista sigue intacta a pesar de los interminables rios de tinta que los bajistas desparraman cada semana (John Hussman, Roubini, ECRI y la gran mayoría de opinadores aquí y allá).
Si la corrección del S&P 500 terminó y va a continuar su camino al alza, he de reconocer que me sorprende porque esperaba algo más de nerviosismo como ocurrió en los veranos de 2010 y 2011. Pero los mercados están para sorprender y hay que reconocer que muy recientemente los datos macroeconómicos están saliendo un poco (poquito) mejor de lo esperado, no como hasta hace muy poco que el tono era más negativo que positivo (dentro de un entorno económico aún expansivo en el caso de EEUU).
El gráfico inmediatamente superior es el índice de sorpresas económicas en EEUU. Cuando baja sostenidamente de 0 significa que los datos macroeconómicos están saliendo peor de lo esperado por el consenso, clima que no suele ser favorable para las acciones. Así ocurrió en 2010 y en 2011 y así, en consecuencia, aparecieron dos correcciones bursátiles. Ahora desde la primavera del presente año los datos macroeconómicos también se han enfriado y con ellos la bolsa que lleva en lateral varios meses. La cuestión es, ¿es posible que esta tendencia esté revertiendo? ¿empezará a mejorar los datos económicos reacelerándose de nuevo? El índice de sorpresas económicas parece querer girar, pero habrá que esperar un poco más para ver si se trata de un espejismo o de un giro verdadero.
Esta semana, en cuanto a datos macro, ha sido bastante positiva:
Algunos datos han salido peor de lo esperado, como la venta de nuevas casas (new home sales), pero el tono general ha sido muy positivo. Por un lado, solo 353,000 personas pidieron el seguro de desempleo esta semana (initial claims) lo que representa la segunda lectura más baja en varios años:
Esto es un hecho muy positivo para el mercado de acciones ya que hay una alta correlación entre lo que hace este dato y lo que hace la bolsa como podemos ver a continuación (dato de empleo invertido por motivos didácticos):
Así, mientras seguimos observando como mejora este dato no es de extrañar que el S&P 500 esté cerca de máximos de varios años.
Entre los datos positivos también se encuentra los pedidos de bienes duraderos que se incrementaron más de lo esperado y, sobre todo, el dato del PIB de EEUU para el segundo trimestre que fue de 1,5%, por encima de los 1,2% esperados por el mercado. Hay que tener en cuenta que este dato se revisará con el tiempo pero a día de hoy es una buena noticia y tal vez las revisiones futuras sean al alza ¿por qué no? En cualquier caso lo importante es que la economía de EEUU sigue creciendo:
Todo esto era EEUU, e insisto que los bajistas en tres años no han tenido tan buenos argumentos para ser bajistas como hoy en día, pero los signos de posible recesión me parecen muy débiles a día de hoy y todo apunta a que la expansión continúa. Y así debería continuar la tendencia alcista burstáil.
Pero ¿qué hay de Europa?
Si hiciéramos una encuesta a los europeos, una mayoría diría que la bolsa está bajista. Si se le preguntara a los españoles, entonces habría casi unanimidad con que la bolsa es bajista.
La realidad es que solo unos pocos mercados subregionales como las bolsas de España o Grecia se encuentran en un genuino mercado bajista. La inmensa mayoría de bolsas europeas siguen alcistas y, "la bolsa europea" - en su conjunto-, sigue alcista desde que el año pasado terminara el fugaz mercado bajista que tuvo lugar debido a la recesión europea de 2011-2012 (recesión técnica según Mario Draghi).
En mi opinión, hay que darle credibilidad al "despegue" vertical de los últimos días impulsado por las palabras del presidente del BCE. Las razones son las que apunté el pasado 26 de abril en el artículo "Dos datos a vigilar en Europa para ser alcista" De momento, uno de esos datos -el número de personas en sumarse al paro en la eurozona- sigue mejorando, lo que es un factor muy positivo:
El segundo dato que mencioné en abril es el índice PMI Composite (indicador adelantado o más bien coincidente al mercado) empezara de nuevo a girar al alza. Bien, este dato no ha girado al alza pero se ha aplanado y teniendo en cuenta lo anterior y como está reaccionando la bolsa en los últimos días, creo que empezará a subir e indicará que por fin la eurozona estará saliendo de la recesión:
Esta es la realidad, los mercados de renta variable tanto el europeo como el americano están alcistas desde el pasado verano (el americano nunca paso a modo "bajista" como si ocurrió con el europeo)....pero en la psique de los europeos -y especialmente de los españoles que extrapolan la realidad local a la global- domina la idea de que todo es bajista y que nos vamos directos al infierno....como siempre ocurre en todos los mercados bajistas, en donde la mayoría no recuerda que todo llega a su fin y que tanto la economía como la bolsa es cíclica.
Si uno lee los periódicos europeos o escuchara lo que se dice en twitter es normal que crea que "la cosa" está bajista, cuando una simple ojeada demuestra lo contrario.
Este hecho de negar lo evidente y aceptar lo "que se dice", ya lo demostró el experimento "de conformidad con el grupo", o "Experimiento de Asch":
"Los experimentos de conformidad con el grupo de Asch fueron una serie de experimentos realizados en 1951 que demostraron significativamente el poder de la conformidad en los grupos.
Los experimentadores, conducidos por Solomon Asch pidieron a unos estudiantes que participaran en una “prueba de visión”. En realidad todos los participantes del experimento excepto uno eran cómplices del experimentador y el experimento consistía realmente en ver cómo el estudiante restante reaccionaba frente al comportamiento de los cómplices. El objetivo explícito de la investigación era estudiar las condiciones que inducen a los individuos a permanecer independientes o a someterse a las presiones de grupo cuando estas son contrarias a la realidad.
Los participantes -el sujeto verdadero y los cómplices- estaban todos sentados en la sala de una clase en donde se les pidió que dijeran cuál era a su juicio la longitud de varias líneas dibujadas en una serie de exposiciones: se les preguntaba si una línea era más larga que otra, cuáles tenían la misma longitud, etc. Los cómplices habían sido preparados para dar respuestas incorrectas en los tests y determinar si ello influía en las respuestas del otro estudiante."
"Se
reunía a un grupo de 7 a 9 estudiantes en un aula y el experimentador
indicaba que el experimento consistiría en comparar pares de líneas. Se
les mostrarían dos tarjetas, en una aparecería una línea vertical y en
la otra tres líneas verticales de distinta longitud. Los participantes
deberían entonces indicar cual de las tres líneas en la segunda tarjeta
tenía la misma longitud que el estándar de la primera.
Del grupo de participantes, todos excepto uno eran en realidad cómplices del investigador, siendo el restante (sujeto crítico) el foco del experimento, al cual se le colocó en la posición de tener que dar su respuesta después de haber escuchado la mayoría de las respuestas de los demás. El experimento consistía en realizar 18 comparaciones de tarjetas teniendo los cómplices la instrucción de dar una respuesta incorrecta en 12 de ellas.
En las dos primeras tanto los cómplices como el sujeto crítico respondieron de forma unánime la respuesta correcta. Sin embargo, a partir de la tercera prueba, los cómplices indican intencionalmente una respuesta incorrecta. En ésta, el sujeto da la respuesta correcta al final, mostrándose sorprendido por las respuestas previas (e incorrectas) de los cómplices. En la prueba siguiente la situación se repite: los cómplices dan de forma unánime una respuesta incorrecta y el sujeto crítico disiente dando la respuesta incorrecta permo mostrando un desconcierto mayor. Al repetirse la situación, el sujeto crítico eventualmente cede a la presión de grupo e indica también una respuesta incorrecta.
El experimento se repitió con 123 distintos participantes. Se encontró que aunque en circunstancias normales los participantes daban una respuesta errónea el 1% de las veces, la presencia de la presión de grupo causaba que los participantes se dejaran llevar por la opción incorrecta el 36.8% de las veces.
Aunque la mayoría de los sujetos contestaron acertadamente, muchos demostraron un malestar extremo y una proporción elevada de ellos (33%) se conformó con el punto de vista mayoritario de los otros cuando había al menos tres cómplices presentes, incluso aunque la mayoría dijera que dos líneas con varios centímetros de longitud de diferencia eran iguales. Cuando los cómplices no emitían un juicio unánime era más probable que el sujeto disintiera que cuando estaban todos de acuerdo. Los sujetos que no estaban expuestos a la opinión de la mayoría no tenían ningún problema en dar la respuesta correcta."
Del grupo de participantes, todos excepto uno eran en realidad cómplices del investigador, siendo el restante (sujeto crítico) el foco del experimento, al cual se le colocó en la posición de tener que dar su respuesta después de haber escuchado la mayoría de las respuestas de los demás. El experimento consistía en realizar 18 comparaciones de tarjetas teniendo los cómplices la instrucción de dar una respuesta incorrecta en 12 de ellas.
En las dos primeras tanto los cómplices como el sujeto crítico respondieron de forma unánime la respuesta correcta. Sin embargo, a partir de la tercera prueba, los cómplices indican intencionalmente una respuesta incorrecta. En ésta, el sujeto da la respuesta correcta al final, mostrándose sorprendido por las respuestas previas (e incorrectas) de los cómplices. En la prueba siguiente la situación se repite: los cómplices dan de forma unánime una respuesta incorrecta y el sujeto crítico disiente dando la respuesta incorrecta permo mostrando un desconcierto mayor. Al repetirse la situación, el sujeto crítico eventualmente cede a la presión de grupo e indica también una respuesta incorrecta.
El experimento se repitió con 123 distintos participantes. Se encontró que aunque en circunstancias normales los participantes daban una respuesta errónea el 1% de las veces, la presencia de la presión de grupo causaba que los participantes se dejaran llevar por la opción incorrecta el 36.8% de las veces.
Aunque la mayoría de los sujetos contestaron acertadamente, muchos demostraron un malestar extremo y una proporción elevada de ellos (33%) se conformó con el punto de vista mayoritario de los otros cuando había al menos tres cómplices presentes, incluso aunque la mayoría dijera que dos líneas con varios centímetros de longitud de diferencia eran iguales. Cuando los cómplices no emitían un juicio unánime era más probable que el sujeto disintiera que cuando estaban todos de acuerdo. Los sujetos que no estaban expuestos a la opinión de la mayoría no tenían ningún problema en dar la respuesta correcta."
Es decir, un 37% se dejaba presionar por el grupo en un juego de líneas. Ahora imagínese cual será el porcentaje cuando hablamos de algo más sofisticado, abstracto y complejo como es la bolsa en un entorno en que la mayoría piensa que estamos en el apocalipsis, en el peor de los mercados bajistas o en el fin del mundo como lo conocemos ahora (frase altamente utilizada en los últimos tiempos).
Y las ovejas siguen balando una y otra vez. Les engañaron con Gescartera, les engañaron con las Rumasas, las Terras, las Afinsas, los parques solares, el ladrillo y las preferentes. Y quieren volver a engañarles diciéndole que metan el dinero debajo del colchón cuando ahora es el momento de ser muy alcista en renta variable. Si no les caigo bien al menos escuchen a Paramés que dice algo parecido y que es el único fondo que bate al Ibex (habiendo 3000 fondos "solo a largos" en España).
En este artículo me estoy expresando tanto en términos de inversión (largo plazo, varios años) como en términos de trading (varios meses - 1 año) ya que creo que el mercado puede empezar a subir bastante en Europa a medida que se deja la recesión atrás y que esto lo puede hacer desde ya.
Sobre el IBEX, o índice bursátil español, tengo que decir que prefiero ignorarlo teniendo la oportunidad de plantear una operación del mismo estilo ("salida de la recesión") pero a nivel europeo. ¿Por qué?
Muy sencillo. Comprar bolsa cuando se está saliendo de una recesión suele ser una jugada muy fructífera. Ahora bien, si hay recesión en España y también en la eurozona en su conjunto, puedo decidir hacer la operación a nivel español o a nivel de la eurozona. ¿Cuál elegir? Sinceramente la menos puta, con perdón. Prefiero apostar por el Eurostoxx porque en sí misma es una apuesta diversificada sobre el conjunto de Europa (que incluye España) y, por el contrario, hacer una apuesta centrada en España me parece demasiado riesgosa porque me estaría centrando solo en un país con graves problemas y ya hemos visto lo que ha hecho el Ibex en los últimos meses cuando Europa solo corregía. Seguramente cuando todo suba, el IBEX será lo que más suba, pero también es a cambio de mucha incertidumbre.
¿Es este un cambio de opinión desde mi artículo de abril "Salvajemente alcista en el IBEX"? No, porque cuando era salvajemente alcista lo era en todo Europa (y América). El matiz es que ahora mismo prefiero centrarme en Europa e ignorar el volátil Ibex que un día baja el 5% y otro sube el 6%.
Por suerte, en abril en el IBEX solo tenía una posición absolutamente marginal y todavía no he comprado nada en Europa (lo haré en las siguientes semanas cuando el dato del PMI empiece a subir). Espero que después de más de medio año de malos resultados (mi fallo en el XVIX y mi fallo en los bonos USA) esta sea la buena estrategia que ya llevo esperando varios meses para iniciarla. No tengo prisa porque espero que el mercado alcista dure al menos dos o tres años. Iré sumando poco a poco a la posición y sin apenas apalancamiento, 1:2 máximo.
Conclusión: alcista en EEUU, y salvajemente alcista en Europa, pero a la espera.
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