El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha
anunciado este jueves en el Congreso que el Gobierno va a traer
próximamente a la Cámara una ley para modificar el tratamiento fiscal de
las plusvalías que penalice a los especuladores y alivie a los
ahorradores a largo plazo.
Montoro ha avanzado que la intención del Gobierno es equiparar el
tratamiento fiscal que se da en España a las plusvalías de productos
como acciones, cuentas remuneradas, fondos de inversión y depósitos,
entre otros, al de los países de su entorno y ha citado en concreto a
Alemania."Es injusto que haya un tipo único de gravamen para quien compra acciones y que un trabajador tenga un tipo progresivo", ha dicho el ministro, que ha criticado lo que hizo el Gobierno socialista en esta materia.
Esta modificación de las rentas del ahorro sería la segunda en lo que va de año. En febrero ya se introdujeron novedades ampliando los tipos que se les aplicaba.
Así está ahora
Hasta febrero si un inversor materializaba las ganancias, por ejemplo, vendiendo sus acciones debía pagar por sus ganancias un 19% hasta los 6.000 y un 21% a partir de ahí. Con la nueva subida se ampliaban el número de tramos que quedaba así y su nivel: hasta 6.000 tributan al 21%, a partir de 6.000 euros y hasta 24.000 un 25% y a partir de 24.000 euros tendrán un gravamen del 27%.
Eso sí, a la hora de tributar la actual ley no diferencia entre inversiones a corto plazo o a largo. Y ahí es donde se supone irá la nueva reforma que hoy ha apuntado Montoro.
Así podría quedar
Según ha explicado Montoro, el Gobierno quiere volver a diferenciar entre los inversores más especulativos de los que no lo son. Esto podría suponer una vuelta al espíritu inspiraba la ley que había antes de la reforma de 2006 realizada por el Gobierno de Zapatero.
Hasta 2006 a la hora de tributar se tenía en cuenta el tiempo que se había mantenido la inversión y cuando superaba los dos años tenía ventajas fiscales a la hora de cobrar plusvalías.
Por ejemplo, entonces si un inversor cobraba sus acciones en el primer año de inversión debía pagar entre un 15% y un 45%, según su tipo marginal. Mientras que si las vendía pasado un año pagaba siempre sólo un 15%. Lo mismo ocurría con los fondos.
Uno de los productos que más favorecido estaba con esa tributación eran los planes de pensiones. Entonces si un ciudadano decidía cobrar su plan de pensiones en un único pago y en dinero, siempre que hubieran transcurrido más de dos años desde que se había realizado la última aportación, el particular sólo tenía que pagar impuestos por el 60% de esa cantidad, de esta forma, tenía una reducción del 40%. Una ventaja que desapareció con la reforma de 2006.
De momento, se desconocen los detalles de la nueva tributación para las rentas de capital que está preparando el Gobierno, pero según las palabras de Montoro podrían ir en esta línea: más impuestos para las plusvalías a corto plazo y un alivio para las que son a largo.
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