lunes, 6 de agosto de 2012

El rescate suave se abre paso a zancadas

Cierre de los mercados europeos
Miguel Larrañaga
03-08-2012. O los mercados se han vuelto locos o lo que está pasando es de locura. Tras el derrumbe de ayer, un nuevo enfoque de la situación ha dado paso a una espectacular recuperación.
Extraordinaria reacción de los mercados europeos tras el cataclismo de la víspera. Recuperaron todo lo perdido ayer y algo más y todos quedaron por encima de los niveles de cierre del miércoles, lo que es una gran noticia. Ahora bien, ¿qué ha pasado? Sin establecer las causas es imposible que podamos vislumbrar algo en el horizonte, así que vamos a hacer un esfuerzo. Comenzando por la enumeración de posibilidades.

Hace unos días, exactamente el día que el bocachancla Draghi dijo lo que dijo en Londres, expresé que el cambio de actitud observado en el jefe del BCE solo podía deberse a dos cosas, o que De Guindos dijera a los alemanes aquello de "nos iremos al infierno, pero nos iremos todos" o que en aquella famosa reunión se pactara un "rescate suave para España", medio encubierto con el rescate al sector financiero.
Hoy se ha producido una comparecencia pública del presidente del Gobierno, el hasta ahora desaparecido cobarde Mariano, en la que Rajoy no ha descartado la fórmula que ofreció ayer Draghi. Tiene gracia que este tipo suspenda el debate del Estado de la Nación y lo sustituya por una comparecencia ante la prensa para hacer balance de los ocho meses del Gobierno. Bueno, no. No tiene ni la más mínima gracia.
Los americanos se dedicaron ayer a lo suyo tras el primer impacto y recuperaron buena parte de lo perdido en la apertura remando fuerte en la última parte de la sesión, dando la impresión de que no estaban dispuestos a una nueva corrección que nos hubiera metido en más profundidades.
Si agitamos la coctelera y recogemos lo que hoy se decía en el mercado, empiezan a encajar mejor las piezas. Lo que pudo ocurrir en la reunión entre De Guindos y Schauble fueron las dos posibilidades. Primero De Guindos explicó pormenorizadamente la situación y la determinación española de irnos al carajo y llevarnos a todos por medio, con la estimable colaboración de Italia y seguidamente una oferta de rescate encubierto por parte alemana. Se dieron la mano y todo arreglado.
Después, todo buenas palabras para salvar el euro, pero quien más y quien menos falló en el tiro. Alemania sigue siendo muy puntillosa con los asuntos de la legalidad y salvo extrema necesidad no va a permitir que el BCE se salte a la torera su mandato. Por eso Draghi ayer no apuntó a nada pero lo dijo todo: "que lo pidan". Curioso, Rajoy no sólo no lo ha descartado sino que ha admitido que habrá que estudiar las condiciones que pone el BCE para esas ayudas extraordinarias.
Y es que ahí está la trampa. Si un país pide apoyo coyuntural para la compra de deuda alegando un ataque contra la moneda única a través del estrangulamiento de la capacidad de financiación en el mercado, el BCE tiene que intervenir porque, tal y como dijo Draghi en Londres, eso sí que entra en su mandato. Y ahora mismo no hay un país en ese caso, sino dos.
Total, que la fórmula del rescate suave se va a abriendo paso a zancadas, con el único condicionante de que no va a ser encubierto. Cada cual tendrá que retratarse y si se quiere ayuda habrá que pedirla. Los expertos calculan que el coste de esa ayuda no será grande, ya que los aliados europeos se limitarán a pedir lo que ya han pedido y el Gobierno ha hecho y, si acaso, algún recorte autonómico adicional.
Pero no ha sido esto lo único que hoy se rumoreaba en el mercado. Hubo más y tenía lógica. Se cuenta que el rescate bancario se va a ampliar al resto de bancos europeos sin necesidad de llamarlo rescate y que lo que sí hará el BCE es inundar de liquidez a quien lo precise. Al parecer en el plan de Draghi el refuerzo de la banca es indispensable. Al fin y al cabo es la que podría resultar como gran perdedora en el caso de que haya problemas de verdad con la deuda española o la italiana. De momento, con la griega nadie tiene nada seguro y bancos alemanes y franceses siguen bajo los focos por este motivo
Todo esto ha ido poco a poco dando paso a una nueva situación en el mercado, que concuerda con la minimización de las pérdidas en Wall Street en la víspera. Lo que faltaba era un buen dato de paro en Estados Unidos y éste ha llegado justo a tiempo de dar más potencia a las alas con las que el mercado ya volaba a eso de las dos de la tarde, completando una última fase eufórica. Tanto que a pesar del batacazo de ayer, el Ibex ha ganado un 2% esta semana. Vivir para ver.
Al cierre, el Dax avanzó un 3,93%, el CAC un 4,38%, el FTSE un 2,33% y el Ibex un 6,00%. Nuestros amigos italianos subieron un 6,35%.

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