El ministro de Economía, Luis de Guindos, dio un ultimátum a cuatro cajas medianas —BMN, Liberbank, Ibercaja e Unicaja— para que negociasen una o varias fusiones entre ellas. La de BMN con Liberbank estaba ya muy avanzada, según fuentes cercanas a la operación, que auguraban que podría anunciarse esta misma semana. Sin embargo, ahora esas entidades esperarán al menos hasta el viernes para conocer al detalle las exigencias del nuevo decreto ley y ver cómo podría afectar a sus planes de integración, en los que suele repartirse el poder en función del tamaño y la salud de cada entidad.
El Ejecutivo ya exigió el pasado mes de febrero a la banca del país un saneamiento de 54.000 millones, entre nuevas provisiones (el suelo al menos al 80%, los pisos en construcción al 65% y un 35% para los inmuebles terminados) y mayores necesidades de capital de máxima calidad. La nueva norma exigiría entre 20.000 y 40.000 millones más, lo que modificará las cuentas de cada entidad.
También se podrían ver afectadas, en este sentido, las subastas de Banco de Valencia, CatalunyaCaixa y la posible venta de Novagalicia Banco. Fuentes del sector aseguran que ante estas nuevas exigencias, y para cubrirse mejor las espaldas, las entidades que acudan a estas pujas reclamarán al Banco de España unas garantías —en forma de esquema de protección de activos— mayores que las que pretendían.
Como fuere, estos nuevos cálculos no supondrán un aplazamiento de esos planes. Según esas mismas fuentes, Economía quiere cerrar cuanto antes estos flecos de la reestructuración bancaria y seguirá exigiendo la misma celeridad que hasta ahora para que se aborden ya esas fusiones y se vendan las entidades inviables
ABC
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