viernes, 18 de mayo de 2012

Y, por fin, el desplome

Cierre en Wall Street - M. L. - 17-05-2012. 
Poco a poco Wall Street va agudizando sus pérdidas, lo que para muchos es un anticipo de un mercado bajista en toda regla y para otros un paso más en la normalización que debe llevar a nuevas alzas.
Cuando las buenas noticias no son suficientes para generar optimismo solo hay que esperar a que un día las noticias sean malas para generar un derrumbe. Dicho y hecho. El indicador de actividad industrial de la Fed de Filadelfia, conocido como Philly Fed tuvo una lectura negativa y el mercado se apoyó en este dato para hacer lo que llevaba un par de semanas queriendo hacer: desplomarse sin más. Por fin llegó el desplome, lo que puede ser incluso bueno para despejar las dudas y barrer la casa de una vez.

No es que me haya vuelto un optimista redomado a estas alturas, pero si en las subidas se suele considerar necesario un "día de largos", un arranque claro que despeje dudas, en las correcciones suele ser muy conveniente un día de fuertes pérdidas con volumen para limpiar el mercado. Ocurre con demasiada frecuencia que tras ese día los grandes inversores toman el mando y comienzan a comprar a buenos precios, aunque no es menos cierto que a veces son necesarios varios días de desplome antes de que ocurra.
El motivo que me lleva a pensar que esta vez la caída va a ayudar es que fue muy ordenada y que si bien hubo un volumen apreciable, no ha habido pánico vendedor. Curiosamente, el pánico puede verse en la apertura de mañana cuando muchos inversores particulares de orden de venta tras leer los periódicos. Los que van con retraso siempre propiciar el último coletazo.
Pero es que las condiciones son más bien poco propicias para una recuperación fulminante. Si los datos macroeconómicos comienzan a flojear y la banca americana regresa a sus viejas dudas tras el agujero de JP Morgan y las noticias que ya lo sitúan en 3.000 millones de dólares y no los 2.000 calculados por la entidad, el horizonte no es muy alentador. Y si miramos hacia Europa, la cosa está aún peor. ¿De verdad nos extraña que caiga la Bolsa?
En fin, que las cosas están pero que muy complicadas y que uno a uno van saltando los soportes teóricos en los que el mercado debiera detenerse, lo que lleva a muchos analistas a ser especialmente vehementes a la hora de hacer sus pronósticos y ya hay quien habla abiertamente de un crash inminente. A las filas de los pesimistas se ha sumado hoy un personaje desconocido en España pero muy influyente en Wall Street, el editor de The Dow Theory Letters, Richard Russell, quien  ha admitido antes sus clientes algo que pondré en inglés porque traducido pierde fuerza y rima: "I expect a real crash. Get in cash".
Para la mayoría de los pesimistas, la divergencia observada en el último máximo del Dow Jones, que no fue seguido por ningún otro índice, es lo suficientemente potente como para prever un mercado bajista y que las caídas vayan siendo cada vez mayores, día a día, con buen volumen, avala esta impresión de que los mínimos van a aestar mucho más abajo.
Como siempre, un lío, y cuando por fin llega el desplome las cosas se ponen mucho más enrevesadas. Al cierre, el Dow Jones bajó un 1,24%, el S&P 500 un 1,51% y el Nasdaq Composite un 2,10%.

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