martes, 22 de mayo de 2012

¿Qué cuánto va a durar la crisis? Pregúntale a Japón


Leído en alitadepollo.net (Blog independiente)
El año pasado, yendo en  el metro recuerdo cómo una chica de veintena casi treintena le preguntaba a quien parecía ser su madre ”Oye pero, ¿esto de la crisis no durará mucho, verdad?’‘. En aquel momento era algo que todos nos preguntabamos, yo el primero, y mi interés por la macroeconomía y su historia era más bien escaso. Desde que me puse a leer cosas, instigado por gente que había conocido recientemente y me habían despertado la curiosidad sobre el tema; una de las primeras cosas que busqué fue crisis parecidas a la nuestra, para intentar anticiparme a lo que estaba por llegar eimaginarme posibles escenarios y soluciones.

Cuando leí sobre este tema (que voy a compartir aquí a continuación) que resolvía aquello que llevaba desde aquella frase en el metro dándole vueltas en la cabeza…desde este día llevo deseando volver a ver a aquella chica para sentarme entre ella y su madre, mirarla fijamente a los ojos con lástima, cogerle la mano y darle palmaditas de consuelo, acompañadas de incesantes y rítmicos ”ea ea, ea ea”, como  la secretaria de mi colegio que nos curaba las heridas de nuestras rodillas cuando nos caíamos al asfalto jugando al fútbol.

La década perdida de Japón

Señores de El Jueves, después de esta viñeta es evidente que querrán contar con mis servicios. Por favor contacten con mi agente para enviarle las ofertas , gracias
Los orígenes
El país de los samurais, los Pokémons y el delicioso sushi, Japón; llevaba una larga época de prosperidad, en la que década tras década su crecimiento económico real iba en constante ascenso. 10% en los años 60, 5% en los 70 y un 4% en los 80, dejándo a Japón con un bonito superávit comercial.
Aunque el porcentaje sea menor en cada década, un crecimiento constante es buena señal igualmente. Pero en este mundo avaricioso en el que mucha gente tiene muy aceptada la errónea premisa de ”se puede crecer ilimitadamente en un mundo de recursos limitados”, el gobierno japonés y sus inversores querían volver a la senda del crecimiento de dos dígitos, lo que llevó a un intento de ”estimular la economía” ( tiemblo cada vez que oigo a un político utilizar esa frase) con una progresiva bajada de los intereses del yen durante la década de los 80.
Evolución de los tipos de interés del yen japonés desde 1980 hasta 1992
Durante la mencionada década la economía japonesa desvió su atención del sector primario y secundario hacia el desarrollo de telecomunicaciones y ordenadores, dándose cuenta de lo vital que iba a ser ese sector en el futuro. Su fuerte apuesta e inversión les llevó, como todos sabemos; a ser la mayor potencia mundial de este sector; atrayendo a Tokio a cientos de inversores financieros de todo el mundo, además de las propias firmas japonesas.
Como ya hemos visto a lo largo de la historia, mezclar inversores codiciososintereses bajos es tan buena idea como meter una compresa usada en un estanque de tiburones. La economía especulativa y burbujista se desató, centrándose en la adquisición de tierras y acciones. Los precios de los bienes inmuebles comenzaron a crecer de manera espectacular. Y cuando digo espectacular, hablo de espectacular de cojones. Como ejemplos del absurdo al que se llegó, el suelo del Palacio Imperial de Tokio llegó a ”valer” tanto como todo el estado de California, o los 1.990 campos de golf de Japón doblaban el valor de la capitalización de la bolsa australiana.
El mercado inmobiliario hacía crecer el mercado de valores, y éstos, a su vez, provocaban el crecimiento de los activos inmobiliarios. La mecánica del proceso consistía en revalorizar las acciones de una empresa determinada a partir de sus propiedades inmobiliarias, y esa revalorización se empleaba como garantía para comprar más bienes inmuebles (lo que se venía haciendo aquí, el famoso ”te presto 6.000 euros con la hipoteca más que el año que viene tu piso se habrá revalorizado ese tanto, y asi te das un caprichito”). Durante el periodo de euforia, la masa monetaria (cantidad de yenes en circulación) creció a un ritmo de 9% anual.
El petazo
Entre principios de 1988 y agosto de 1990 el Banco Central de Japón, ante el riesgo inflacionista dado el crecimiento de la masa monetaria anual y la depreciación del yen frente al dólar decidió aumentar el tipo de interés bancario, que pasó del 2,5% al 6%. La euforia inmobiliaria desapareció y dado que las acciones de las empresas tenían como garantía los bienes inmuebles, el sistema financiero y grandes empresas por igual entraron en crisis, dando comienzo a la que se conocería históricamente como la década perdida japonesa, en los que los años se sucedían entre periodos de estancamiento o depresión en los peores casos.
Comparad los picos del PIB post y pre burbuja
Su peor año de paro (2004, año teóricamente fuera de la década maldita) alcanzó el 5’5%. Un drama para ellos. Una utopía para nosotros.
La falta de flujo de crédito entre el sistema financiero japonés trajo una dificultad añadida: paises asiáticos como Indonesia, Taliandia o Singapur dependían enormemente de los préstamos bancarios japoneses para sus importaciones, principalmente japonesas. Este descenso de la demanda agravó aún más el descenso de exportaciones de sus empresas, poniendo de manifiesto cómo la economía financiera acaba contagiando sus crisis a la economía ”real”, la de producción de bienes y servicos.
¿Cuales fueron las soluciones que plantearon?
Las respuestas de política económica se centraron en medidas fiscales y monetarias muy expansivas. Entre 1992 y 1999 se lanzaron nueve programas de estímulo fiscal (planes de obras públicas, rebajas impositivas transitorias…) por valor de 130 billones de yenes (25% del PIB anual), lo que hizo que el superávit de 1990 pasara de +2,9% del PIB  a un déficit del -6,8% en 2000. La deuda pública aumentó del 65% del PIB en 1990 al 151% en 2002. En cuanto a la política monetaria, se fueron bajando los tipos de interés hasta alcanzar prácticamente cero en 1999, medida que se mantuvo hasta 2000 y se repitió de nuevo entre 2001 y 2003.
En 1997 aprobaron un plan de obras públicas por valor de 7.7 billones (billones anglosajones, es decir, 7.700 millones), rebajas impositivas transitorias por 4.3 billones ( bajar impuestos, eso sí, a base de crear dinero y dejar una deuda para el futuro) y un fondo de ayuda financiera para los bancos de 30 billones , todo esto acompañado de unas tasas de interés del 0’25%, con el objetivo de forzar a la gente a consumir ante la caída del valor de sus ahorros, algo especialmente difícil para una sociedad tradicionalmente ahorradora.
En cuanto a la crisis bancaria, se abordó con masivas inyecciones de dinero público (la de 1997 llegó a 30.000 millones de yenes), dinero con el que los bancos iniciaron el mantenimiento de un sistema de empresas y bancos “zombis” ( tan insolventes que todo dinero que recibían lo utilizaban para pagar sus deudas más inmediatas, endeudándose aún más por el dinero recibido) para evitar la plena declaración de los préstamos incobrables y con la constitución de varios fondos, parcialmente privados, para adquirir los activos deteriorados de los bancos (algo parecido a lo que se pretende con la creación del llamado ”banco malo”).
Sólo a partir de 2002 el gobierno tomó medidas enérgicas para luchar contra la crisis bancaria: el PlanTakenaka que consistió en una auditoría independiente completa de los bancos y en obligarles acancelar los préstamos incobrables, la nacionalización del Resona Bank y la quiebra o fusión de los bancos más débiles. Ese plan consiguió lo que no habían podido hacer las medidas parciales anteriores: reducir el riesgo de quiebras repentinas y desvelar la verdadera situación de los balances bancarios, con lo que se consiguió recuperar la confianza de los inversores en el sistema financiero. Tras la resolución tardía de la crisis bancaria y coincidiendo con un aumento de las exportaciones a EEUU y China, la economía japonesa empezó a mostrar signos de recuperación en 2003.
¿En que se parece su crisis a la nuestra?
Cumplida la creación de la burbuja inmobiliaria, el exponencial falso crecimiento que vivimos acompañado de artículos periodísticos en todo el mundo hablando de ‘‘el milagro español” y posterior petazo, ahora estamos efectivamente en plena recesión.
¿Las recetas que se están aplicando para la crisis aquí? En política monetaria poco o nada podemos hacer, ya que es el BCE el encargado de controlar la expansión o contracción del euro. De hecho
Alemania
La Unión Europea está exigiendo que rebajemos nuestro déficit porque los bancos del norte, alemanes sobre todo, ya han visto que prestarles dinero barato a los PIGS y convertirlos en consumistas compulsivos les ha salido bastante caro, y quieren su dinero cuanto antes, sin importar lo que les pase a los derrochadores países deudores. Asi que para el caso de España, el reducir gastos para compensar la balanza es más que inevitable.
El tema financiero es otro de los temas que se está llevando mal, ya que están cometiéndose los mismos errores que en el caso japonés: inyecciones masivas de dinero público en bancos y cajas de ahorro de las cuales se desconoce su verdadera situación, el Banco Central Europeo imprimiendo monstruosas cantidades de dinero para que los bancos empiecen a prestar (cosa que no ocurre, ya que o bien se lo quedan todo ellos para tapar sus agujeros o directamente lo depositan de nuevo en el BCE, aunque pierdan dinero con la operación), y aparición de bancos malos en los que ocultar la basura y que posteriormente son ”nacionalizados”

A pesar de todo, recientemente salió la noticia de que los bancos españoles tendrán que someterse a una auditoría para conocer el auténtico estado de sus balances, lo cual da a pensar que se está iniciando una especie de Plan Takenaka. Visto que el método islandés está descartado, menos da una piedra.
Expectativas
La década perdida tuvo como consecuencias un largo estancamiento del crecimiento japonés con algún que otro periodo de recesión, un paro nunca visto y , la que aún están sufriendo y la peor de todas, unendeudamiento altísimo que ahora mismo sobrepasa el 200% de su PIB. Si bien fueron años malos para ellos, no llegó a ser realmente catastrófico gracias a su economía diversificada, mayoritariamente exportadora y puntera; además de ser dueños de su propia moneda, lo cual te da más armas con las que combatir la recesión. Varios analistas coinciden en que el aumento de masa monetaria sirvió para evitar una recesión aún mayor, pero ello les ha llevado al gran endeudamiento que sufren ahora.
Para España,la situación es y será bastante peor: una tasa de desempleo salvaje propia de países centroafricanos, un PIB basado en ”paellas, infraestructuras y botellón” , una burbuja inmobiliaria gigantesca que ha dejado una deuda privada brutal y un gobierno sin soberanía alguna en la política monetaria ( entre otras )
Y simple y llanamente, por ahorrarnos enrevesados y aburridos índices macroeconómicos, si buscáis (ya os lo he buscado yo, panda de vagos, asi que tranquilos) en la última lista Forbes de las 2.000 mejores empresas del mundo, el marcador queda tal que así:
España 28
Japón 258
No me atrevo a dar una cifra, pero teniendo en cuenta que a un país como Japón le costó unos 10 años…Calculad vosotros mismos. La década perdida japonesa va a ser un resfriado comparado con los años de recesión y/o estancamiento que están por llegar…
Quien quiera profundizar en el tema, abajo os dejo algunas de las fuentes a las que he recurrido.
Fuentes
Trading economics- Datos macroeconómicos
Rankia-La crisis actual y la década perdida japonesa
Economic history of Japan-20th centruy
Japanese asset price bubble
Japón: del estacnamiento a la recesión – Asiayargentina.com
Forbes lists Global 2000

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu comentario. En cuanto me sea posible te daré mi opinión.