Aviso a navegantes

Cierre de los mercados europeos

Miguel Larrañaga

26-09-2012. Las dudas en torno a España, al estado real del sector financiero y a la nueva postura alemana (entre otros) respecto al rescate al sector financiero español han terminado por azuzar el miedo.

Veníamos diciendo que en el mercado se estaba agotando la paciencia respecto a España y parece que no sólo es respecto a España. En el mercado están hasta el gorro de las señales contradictorias que envían sistemáticamente los teóricos líderes de la Unión Europea y tampoco puede decirse que se hayan disipado las dudas en torno a la economía americana. Eso sí, el aviso a navegantes que ha dado hoy el mercado parece estar dedicado en primer lugar a Mariano Rajoy y su Gobierno, en vísperas de la presentación de los Presupuestos para 2013, de la aprobación de un nuevo paquete de reformas (al parecer impuesto desde Bruselas según los mentideros del mercado) y de que vean la luz las auditorías al sistema financiero realizadas por Oliver Wyman.

Parece mentira lo poco que ha tardado España en tirar por el sumidero el "efecto Draghi". Entre laindeterminación del ejecutivo, las ayudas externas en forma de "donde dije digo digo Diego" por parte de Alemania, Holanda o Finlandia, que ahora manifiestan que no aceptarán la fórmula pactada para que tras la creación del supervisor bancario único las ayudas al sector financiero puedan no se computadas como deuda pública, y el indudable efecto negativo que la andanada nacionalista catalana está teniendo en la credibilidad española, en poco menos de un mes tenemos de nuevo el bono en el 6% y subiendo. Y mucho ojo, que octubre es un mes realmente complicado para el Tesoro, uno de los de mayor volumen de refinanciación por vencimientos.

Sin embargo, la reacción parece a todas luces desproporcionada. Cierto es que las cosas venían ya "maduras" por el descalabro en Wall Street en la sesión precedente y por los comentarios negativos de un destacado "halcón" de la Fed respecto a la QE3 puesta en marcha contra viento y marea por Ben Bernanke. También es cierto que los resultados empresariales no van por la senda prevista y esto está afectando a las cotizaciones. Pero no es menos cierto que las caídas pueden ser parte de un guión ya escrito en otras ocasiones. Las estadísticas revelan que la semana posterior al vencimiento de futuros y opciones de septiembre (el pasado viernes) suele ser de las peores del año y tiene toda la pinta de querer cumplirse un año más.

¿Hay alguien en el mercado que no cuente con que la radiografía del sistema financiero español no va a dejar muy bien paradas a la práctica totalidad de las cajas y va a hacer un socavón en la credibilidad de más de un banco? Hace semanas que en el mercado nadie espera otra cosa. Lo contrario sería una enorme sorpresa. ¿Entonces, por qué azuzar precisamente ahora el miedo? ¿Tienen algo que ver las próximas subastas de deuda? Por cierto, la de Alemania de hoy se ha saldado de nuevo con el fracaso. No ha colocado todo lo previsto a pesar de que ha subido los tipos. En el mercado se empieza a exigir más a Alemania y eso puede parecer bueno a primera vista para la deuda periférica, pero en realidad es malo para todos, salvo en el apartado de que también representa un aviso a navegantes para sus dirigentes (que tampoco parecen inmutarse, porque no es la primera vez que pasa).

En fin, que todo está bastante revuelto y que la inacción comunitaria de la que habló Draghi el pasado viernes sigue su curso. Es más, cada vez que algún socio abre la boca es para meter más presión a la caldera. A ver si pasan unos días calladitos y no empeoran una situación que se antoja muy complicada al menos hasta el viernes. A partir de ahí, todo dependerá de si el sistema financiero español está mejor de lo que se cuenta en los corrillos o peor incluso de lo que se está susurrando.

Al cierre, el Dax se dejó un 1,99%, el FTSE un 1,57%, el CAC un 2,81% y el Ibex un 3,93%. Todo unaviso a navegantes. Y Mariano Rajoy, en Nueva York, haciendo una gira para mejorar la imagen de España...