Todo va muy lento, nadie quiere asumir los costes de la crisis, por
ello, el propio mercado como “la muerte con su guadaña” va cortando
cabezas según convenga.
La plaga es muy violenta. Muchos comerciantes, con los
establecimientos vacíos, aun no se han dado cuenta de que mantienen los
precios pre-crisis. El problema es que muchos no tienen margen para
bajarlos ya que cuentan con mercancía comprada a precios de boom
económico y aguantan como pueden hasta que llega el momento de cerrar.No se adaptan a la situación o no pueden.