26/11/2012 diarioabierto.es
Miguel Larrañaga. La vuelta del mercado a los volúmenes habituales ha supuesto poner a Grecia de fondo, otra vez. Esto parece un bucle de nunca acabar y aunque las noticias procedentes de Alemania hablan de la proximidad de un acuerdo que puede cerrarse esta misma noche, lo cierto es que el mercado no se fía ni un pelo cuando se trata de Europa.
Es la enésima “última oportunidad” para el acuerdo que salve a Grecia de la quema y lo que se ha demostrado hasta ahora es que ni han sido “últimas oportunidades” ni Grecia se ha precipitado al abismo ante los impagos de la UE, que no libera fondos por la falta de acuerdo.
En una segunda derivada, la eterna presión ejercida sobre el gobierno griego puede poner al ejecutivo contra las cuerdas y unas nuevas elecciones sería el peor escenario posible para quienes quieren ver a Grecia cumpliendo sus compromisos, ajustando su economía y saliendo adelante pero dentro del euro.
Esta es la derivada que anda pesando sobre el mercado. La débil coalición de Gobierno no es una garantía de que finalmente los helenos no terminen por echarse la monte y ya hay quien en las altas esferas empieza a ponerse en el pellejo de Samaras y no le gusta la situación.
Por eso, aunque desde Alemania se lanzaban esta mañana consignas optimistas respecto a la situación, el mercado ha lanzado la suya: “no me creo nada y quiero hechos“. Ya no valen palabras. Después de todos los ridículos que se han producido es necesario un acuerdo. Y no sólo un acuerdo, es necesario que sea estable. Ni qué decir tiene que en el mercado se duda del acuerdo, pero cuando se apunta la añadidura de la estabilidad, surgen las sonrisas nerviosas.
Lo extraño es que se hubiera obviado esto en las últimas sesiones. El escaso volumen desde el jueves ha permitido que se hicieran “mangas y capirotes” pero hoy las cosas han vuelto a su cauce y esto significa cortar la euforia por lo sano, poner los pies en el suelo y exigir a todos que estén a la altura de las circunstancias. Y eso es lo que genera más dudas.
Al cierre, el Dax perdió un 0,23%, el FTSE un 0,56% y el CAC, el más alegre en los últimos días, un 0,79% y el Ibex un 0,44%. No es mucho, un simple aviso, pero ahí queda. Grecia está de fondo, otra vez.
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