La
decisión del Banco Central Europeo (BCE) de reducir la semana pasada
los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 0,75%, tiene
implicaciones para los fondos de inversión. De forma muy directa, afecta
a los de renta fija, en función de la duración de sus carteras.
En principio, daña a los fondos que
invierten en la parte corta de la curva, es decir, a los que tienen en
cartera activos a más corto plazo y favorece a los que gestionan activos
de más largo plazo. “Especialmente afecta a los monetarios de
gobiernos, con grandes dificultades para obtener rentabilidad en un
entorno de tipos históricamente bajos”, afirma Javier Monjardín, de la
dirección de inversiones de Tressis.