lunes, 8 de octubre de 2012

Sesgos Cognitivos que no permiten ver a los inversores que la bolsa americana seguirá subiendo.


07/10/2012
 
El imperio y sus provincias.

Cuando hablo de la renta variable estadounidense, se que muchos de mis lectores giran la cabeza para otro lado, como si aquél mercado fuera muy lejano o no tuviera ningún impacto en nuestras vidas. Nada más lejos de la realidad. Aunque soy alcista para la renta variable europea y española, tengo que reconocer que el último rally europeo, de momento, no está del todo sustentado por una mayoría de datos macroeconómicos favorables y/o que estén desacelerándose en su empeoramiento . Sin embargo, este rally tiene mucho que ver con el tirón de la locomotora del mundo, EEUU.

Hoy en día, vivimos en la denominada Pax Americana, sin ningún tipo de dudas, el periodo de mayor lucidez de la historia de la humanidad, en el que menos gente muere en conflictos armados (como % de la población) y donde la revolución médica iniciada en el siglo XX, continúa desarrollándose a todo ritmo, prometiendo llevar la extensión de la vida humana a cotas nunca imaginadas. Más ahora que hasta el propio descubridor del ADN, James Watson, es especialmente optimista con que casi todos los tipos de cáncer sean curables en 15 años.
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Esperanza de vida mundial en los últimos dos mil años
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La tendencia es a menos muertos por guerras como % de la población.

A día de hoy nuestro refresco favorito es la Coca-Cola, nuestra televisión está llena de películas americanas y la tecnología que utilizamos para acceder a Internet, es de invención norteamericana. El segundo debate político que más nos interesa, es el que se desarrolla en EEUU antes de las elecciones. Ningún otro debate europeo llega a ser tan comentado como el que tiene lugar allí.

Puedes estar de acuerdo con mi visión de este asunto, o no. Puedes pensar que más que Pax Americana se trata de basura yankee. Puedes ser proamericano, antiamericano o completamente indeferente. Pero esto es un hecho: EEUU es el imperio y nosotros ciudadanos de un país asociado al imperio. No mirar hoy en día hacia lo que ocurre en Washington, Nueva York, Los Ángeles o Chicago, es tan estúpido como si un griego de hace 2000 años, pretendiera conocer como funciona el mundo, solamente mirando lo que ocurría en las calles de la vieja Atenas, cuando "la movida" estaba en Roma. 

El siglo XXI comenzó hace tiempo. El proceso de globalización que comenzó hace 150 años sigue a un ritmo imparable. Pensar en términos locales en vez de globales, especialmente en el campo financiero, es un absurdo sin sentido. Uno de los principales factores que mueven el IBEX es la bolsa americana. Sí, alguna vez la correlación se pierde, pero la norma es que ese país afecto al imperio le siga la estela la mayor parte del tiempo:
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S&P 500, IBEX 35 y correlación a 12 meses.




El mal de altura.


La mente humana fue esculpida por la madre naturaleza con unos pocos objetivos: sobrevivir y perpetuar la especie. El cuerpo, los nervios y tendones están adaptados al mundo físico y salvaje en el que hemos vivido, nosotros o nuestros antecesores, desde hace eones. Cuando durante mucho tiempo el único foco de luz era el sol, la parte más iluminada de un objeto siempre era la parte alta y todas las partes con sombras eran las partes bajas. Por eso, después de este proceso de esculpido biológico a lo largo del tiempo, nuestro cerebro interpreta la realidad de acuerdo a esa regla. 
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Los círculos aparecen en relieve o hundidos según donde se situe el foco de luz. Pero los círculos son los mismos.


En toda esta historia evolutiva del hombre y sus ancestros, no hubo ni un solo precipicio que no fuera peligroso. 
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Toda altura era y es sinónimo de peligro de muerte. Peligro de extinción del ser vivo y de la futura prole. Por eso, la sabia madre naturaleza, con su brutal instinto de supervivencia, nos "ha fabricado" para que nuestra alma se encoja cuando vemos una foto como la anterior. O cuando uno ponía los pies sobre el diáfano cristal desde el que se divisaba el suelo en la planta 110 de una de las torres gemelas. Amamos el suelo firme y cuando nos subimos a una escalera de cinco peldaños para cambiar una bombilla, nuestra seguridad se desvanece y aquel instinto antiguo de pánico empieza a recorrernos cada célula de nuestro cuerpo.

Ese mecanismo de miedo a las alturas, que es una adaptación que nos permite sobrevivir y no despeñarnos por cualquier risco, funciona excelentemente bien en el mundo físico, pero puede ser un impedimento cuando no estamos hablando del campo físico, sino de una abstracción intelectual. Ese es el caso de los mercados financieros. El problema se da, cuando nuestra mente extrapola las leyes del mundo físico a lo que vemos en los mercados. Muchos operadores caen presa de este engaño de la mente y piensan que el mercado tiene que caer, por la sencilla razón "de que ha subido mucho". Y da igual que lo diga un operador técnico o uno fundamental. El primero te dirá que el mercado está alto y tiene que caer, porque está a la altura de una resistencia previa y el otro porque el PER es elevado, aunque ninguna de las cosas cosas tenga valor estadístico para orientarnos sobre qué hará el mercado a corto o medio plazo (1-3 años).
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Lo que está "alto" puede ir más "alto"

Y entre que los operadores sufren de pánico cuando el mercado retrocede y también sufren de pánico cuando sube mucho, nos encontramos con que el criterio bursátil de la mayoría es variable como una veleta. Igual que una piara sobre un barco inestable, sus opiniones dependen de la última ola. Sin más. Esa es la única forma que las masas tienen de reflexionar.



La perspectiva.

El ser humano, a lo largo de todo el proceso evolutivo, ha sido dotado de herramientas que, sobre todas las cosas, primaban hacernos percibir el presente y dejaban para un segundo plano la capacidad de reflexión y de pensar con perspectiva (tal vez para practicarlas solo en la tranquilidad de la noche). Así, cuando un mamut corría como la bestia que era hacia una persona, ésta estaba dotada de las herramientas precisas para darse cuenta del peligro en el aquí y en el ahora, y así echaba a correr para salvar el pellejo. Por el contrario, aquéllos sujetos muy reflexivos y completamente abstraídos por el mundo de las ideas mientras una bestia se les abalanzaba, murieron. Somos los hijos de los más espabilados y menos abstraídos. 

Por eso, el cerebro del ser humano está diseñado para percibir y entender el presente de una forma vívida y veloz. Somos unos seres altamente reactivos a la actualidad (como los demás animales), pues es lo que desde un punto de vista evolutivo siempre nos ha interesado como especie. Y aquí estamos.

Sin embargo, en la era de lo contraintuitivo, de lo complejo y sofisticado, no está tan claro que percibir con viveza el presente lo sea todo. Sí, seguimos necesitando darnos cuenta de los que nos rodea para que no nos atropelle un coche o metamos el pie en un socavón. Pero nunca antes en la historia de la humanidad, ha sido tan importante esa otra faceta nuestra, más reflexiva y con mayor capacidad de perspectiva histórica. ¿Por qué? Cuando el ruido se ha intensificado, el hombre ha entrado es una fase en la que ha perdido la guía. Su naturaleza es tan reactiva a la actualidad, que cuando la actualidad "se ha multiplicado" con más noticias, con más fuentes de datos, con más redes sociales, con más televisiones y con más de todo, el hombre ha entrado en barrena por desorientación como ocurre con las ballenas que encallan en las playas de medio mundo porque los mares se han llenado de ruido.

La rabiosa actualidad fagocita a las personas. Casi todos los inversores, extremadamente sensibles al presente y el pasado más cercano, no se dan cuenta que el presente tiene un valor muy relativo, y que lo que más importa es el pasado histórico (para calcular probabilidades) y el futuro (que es donde se generará nuestro retorno).

A una hora determinada de un día determinado, sale publicado un preciso dato económico. La información se propaga a la velocidad de la luz. Los analistas e inversores gritan ¡bueno!, ¡malo!, ¡crisis! ¡fin del mundo! ¡gloria bendita! o lo que sea que les apetezca o sugiera ese dato en concreto. 

Y todo eso, normalmente carece de valor. Apenas existen datos económicos puntuales que por sí mismos determinen la dirección de las bolsas. Lo importante es la tendencia. Y observar la tendencia significa ver con perspectiva. El buen especulador e inversor ha de renunciar al ruido del mundo que hace encallar a la mayoría  y debe abrazar una forma más pausada, lógica y rentable de observar el mundo. Viendo las cosas de esta manera, nos damos cuenta que los datos de empleo de EEUU publicados la semana pasada, no son los mejores de la historia y en los últimos meses la creación de empleo ha sido débil. Pero si observamos las cosas con perspectiva vemos dos cosas:

a) La creación de empleo nunca ha sido lineal, en todas las fases expansivas se pasa por rachas de fuerte creación de empleo y por rachas de débil creación de empleo o incluso por algún mes de destrucción de empleo.

b) Más allá de lo que nos pueda decir un dato puntual, la historia nos enseña que para especular / invertir es mas importante observar la tendencia de los datos. Y a día de hoy vemos que el dato oficial de creación / destrucción de empleo sigue siendo positivo. Es decir, crecimiento, como muestra la siguiente imagen:
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Y esto es muy importante, porque un mercado alcista típicamente se da cuando se está creando empleo como se muestra en esta otra imagen (rojo creación / destrucción empleo mensual y en negro S&P 500):
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Las subidas bursátiles en América, aunque parezca que los precios han subido mucho o por muy elevado que te parezca el PER, están justificadas porque la situación económica sigue mejorando. 

Otros datos macroeconómicos de importancia publicados durante la primera semana del mes, indican, que si vemos las cosas con perspectiva, debemos seguir siendo alcistas en la renta variable norteramericana. A saber:

El ISM index, el índice que mide si el sector manufacturero se está expandiendo o contrayendo, ha salido de su -por el momento- rápida visita a la zona de contracción (menor de 50) para darnos una positiva sorpresa y volver al redil del crecimiento con una lectura para el mes de septiembre de 51.5: 
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El ISM non-manufacturing index que, a diferencia del anterior, lo que nos indica es si el sector servicios (más importante en tamaño que el manufacturero) está en expansión o contracción. El dato también ha sido una agradable sorpresa al salir con una lectura de 55.1 cuando la expectativa era que fuera de 53:
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Mientras todo esto ocurre y el mercado sigue evolucionando como se ha comportado la mayor parte de la historia según los datos macroeconómicos más importantes, el pesimismo sigue elevado. Solo un 34% de inversores miembros de American Investors creen que el mercado estará más arriba en los próximos 6 meses. Esto, típicamente es una buena señal porque indica que todavía puede sumarse más gente al mercado alcista apoyando las subidas futuras. Si todo el mundo estuviera comprado, no quedaría nadie por comprar y entonces el mercado hace techo. Pero no es el caso:
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Otros muchos, en un acto de simplificación extremo, dicen que un VIX "bajo" augura una corrección o incluso el fin del mercado alcista. Lo que esos muchos no comprenden es que un VIX "bajo" no predice absolutamente nada y que puede seguir "bajo" todo el tiempo que tenga que estar, tal vez 4 o 3 años como ocurrió en los años noventa y en los primeros años del siglo XXI:
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Conclusión: Analizar que ocurre en Estados Unidos nos debe importar mucho. Hay que conocer los sesgos psicológico y biológicos que pueden estar actuando en contra de un correcto análisis bursátil. Los datos macroeconómicos siguen apuntando a que hay que mantener el optimismo. Esto no quiere decir que no puede haber correcciones menores a muy corto plazo.


"Todos sabemos, a partir de lo que experimentamos en nosotros mismos, que nuestros actos conscientes brotan de nuestros deseos y nuestros miedos más íntimos. La intuición nos dice que eso también es cierto para otras personas e incluso para los animales superiores. Todos tratamos de escapar del dolor y la muerte, mientras buscamos lo que es agradable. 

Son los impulsos innatos los que nos gobiernan y estos impulsos están tan organizados que nuestras acciones, en general, sirven para preservarnos a nosotros mismos y por extensión a nuestra especie. El hambre, el amor, el dolor, el miedo, son algunas de esas fuerzas internas que rigen el instinto del individuo que, sobre todas las cosas, busca preservarse. Al mismo tiempo, como seres sociales, estamos relacionados con nuestros semejantes por sentimientos como la compasión, el orgullo, el odio, la necesidad de poder, la piedad, y otras emociones. Todos estos impulsos primarios, no fáciles de describir con palabras, son la fuente de las acciones del hombre. 

Todas las acciones humanas cesarían si esas poderosas fuerzas elementales dejaran de agitarse dentro de nosotros. Aunque nuestra conducta parece tan diferente de la de los animales superiores, los instintos primarios son muy parecidos entre en ellos y  nosotros. La diferencia más evidente en el  hombre, es su poder de imaginación  y su capacidad de pensar con la ayuda del lenguaje y los símbolos.  El pensamiento es el factor de la organización en el hombre, un punto de intersección entre los instintos primarios  y las acciones resultantes. De esta manera, la imaginación y la inteligencia entran en nuestra existencia, como sirvientes de los instintos primarios e impiden que nuestras acciones se den como mero resultado inmediato del reclamo de los instintos"


                                                                                                                         (Albert Einstein)

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