La “llamada” al diálogo desde la Casa Blanca hizo concebir esperanzas de que el presidente tenía un plan, pero lo que ha pedido es una propuesta de pacto nacida del diálogo entre los líderes de ambos partidos en el Senado.
De inmediato, los mercados sacaron dos conclusiones de esta petición. La primera que
Obama considera ya abiertamente al líder republicano en la Cámara de Representantes,
John Boehner, un obstáculo para el posible acuerdo y la segunda, que el posible pacto será mucho más débil de lo que hubiera sido de haber salido impulsado por la Cámara de Representantes.
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